“Del cerdo me gustan hasta los andares” dice un refrán popular, para hacer alusión a que de este animal se aprovecha casi todo en la cocina. El producto “estrella” que obtenemos de él es el jamón, y en concreto, el jamón ibérico.
Son muchas las propiedades nutricionales específicas que lo definen como un alimento único en el mundo. Vamos a ver qué beneficios puede tener su consumo en nuestra salud.
Son numerosos los estudios que determinan que su consumo reduce el riesgo de padecer patologías cardiovasculares, ya que se trata de un alimento muy rico en ácidos grasos mono insaturados con un alto contenido en ácido oleico, componente presente en el aceite de oliva. El ácido oleico facilita la producción del llamado “colesterol bueno” en el organismo, al tiempo que reduce el “malo”. Por ello, la ingesta de productos con un elevado contenido en ácido oleico es tan saludable.
Pero no sólo es una fuente de ácido oleico, sino que además, es un estupendo antioxidante. Es rico en hierro, calcio, zinc, y sobretodo, en fósforo. También, tiene un alto contenido en vitaminas E, B1, B2 y D, que son muy buenas para el fortalecimiento y crecimiento de nuestros huesos.
Además, 50 gramos de jamón ibérico de bellota sólo aporta 150 kilocalorías. De manera, que cuando lo consumimos no sólo nos estamos deleitando con uno de los alimentos más ricos de nuestra gastronomía, sino que también estamos cuidando de nuestra línea y salud.
Artículo editado por Olga Troyano Ávila